Un año más conmemoramos el Día Nacional de Atención Temprana. No podemos negar que en los últimos años se han hecho grandes avances en Andalucía, pero a nivel nacional y de algunas comunidades autónomas queda mucho por hacer.
Las tasas de natalidad están bajando, sin embargo sube el número de niñas y niños que presentan algún trastorno en su desarrollo.
El aumento de edad de maternidad, alrededor de los 40 años, hacen que esos óvulos no tengan la frescura de hace una o dos décadas, el esperma de hombre, a partir de los 30 años es de mala calidad. Todo esto según publicaciones científicas.
No obstante, para Andalucía es un día especial. La aprobación de la ley 1/2023 de 16 de febrero por la que se regula la Atención Temprana en Andalucía ha supuesto un antes y un después.
No es momento de desgranar esa ley, solo decir que fue ampliamente debatida y consensuada, contempla plazos y un largo etcétera. Recogió la opinión y posicionamiento de casi todos los colectivos, médicos, pediatras, logopedas, fisioterapeutas, psicólogos, terapeuta ocupacionales, educación y muchos representantes del Tercer Sector y movimiento asociativo. Nadie quedó fuera.
Lo que debe ser motivo de satisfacción es el hecho de que la Atención Temprana en Andalucía ya es regulada por Ley. Aprobada en el Parlamento de Andalucía por mayoría absoluta.
Ha sido fruto de casi 8 largos años de diálogo, negociaciones, barreras y obstáculos, alegrías y tristezas por parte de las familias a través de la Plataforma de Atención Temprana de Andalucía.
La ley necesita una mayor dotación económica. Se aprobó con la dotación de los Conciertos Sociales y no son lo mismo, ni mucho menos.
Propusimos que se dotara para el año 2024 una partida de 25 millones de euros y en 2025 de otros 25 millones hasta alcanzar la cifra de 100 millones de euros, que es lo que necesita esa Ley para que pueda atender a toda la población susceptible, con trastornos o en riesgo de padecerlos, mejoras en los sistemas informáticos, SIAT, (Alborada), mayor dotación de recursos humanos por parte de la administración en las Delegaciones Provinciales, Unidades de Seguimiento y Neurodesarrollo.
Trabajar en la prevención; en los hospitales, prematuros y hospitalizados de larga duración, ¿a qué CAIT se asignan esos menores?, en las guarderías … y con estos dineros no hay para eso.
La implicación de la Consejera, Lina García, ha sido determinante así como la apuesta personal del presidente JuanMa Moreno, que estando en la oposición -allá por el año 2015-, me dijo “si algún día estoy en San Telmo, la ley de Atención Temprana llegará al Parlamento, para su debate y aprobación“
Ha cumplido su palabra y compromiso. Nada habitual en el mundo de la política. Le propuse lo de las ampliaciones anuales presupuestarias y le pareció, bien, correcto y necesario.
Ahora se está trabajando con los presupuestos de 2024. Le ruego a la Consejera su interlocución para que ese incremento sea una realidad.
Hay largas listas de espera, menos sesiones de las deseadas o necesarias. La Ley ya está en vigor y marca unos plazos para valoración por las Unidades de Seguimiento y Desarrollo y para la incorporación a los CAIT, plazos que no se están cumpliendo.
Y una ley es imperativa, o sea, de obligado cumplimiento.
La Atención Temprana tiene que llegar a todos y cada uno de los rincones de Andalucía, a todas y cada una de las niñas y a todos y cada uno de los niños que la necesiten.
El interés superior del menor debe prevalecer por encima de todo y no pueden caber discriminaciones de ningún tipo. La coletilla de “sujeto a disponibilidades presupuestarias” debe desaparecer, pues la atención temprana se encuadra dentro de los denominados servicios a las personas y, por tanto, goza de la especial protección que tanto la normativa europea como la de contratación pública otorga a dichos servicios.
No podemos ajustar el número de niñas y niños a los presupuestos, sino los presupuestos al número de niñas y niños
Pedimos a la Consejera que se racionalicen los lotes en cuanto al número de sesiones asignadas. Insuficientes a todas luces.
Demasiados lotes de 30 menores para atender a poblaciones y/o comarcas.
Las familias en lista de espera presionan sobre los CAIT y no son los CAIT los que tienen la potestad de decidir su incorporación sino la Consejería, a través de la Delegaciones Provinciales y de los presupuestos y número de menores asignados al lote.
Es ahí donde todas y cada una de las familias tienen que ir a reclamar los derechos de sus hijas e hijos, donde tienen que ir unidas y sin miedo. No ocurre nada cuando defendemos a nuestros pequeños, las Delegaciones deben y tienen que ayudar.
Es ahí donde empieza la lucha para que se nos escuche y se nos dé lo que por derecho les corresponde y como es debido.
Echamos de menos un mayor acercamiento entre CAIT y Administración, debemos ser compañeros de viaje. Y no estar uno frente al otro. Las inspecciones son necesarias para corregir desviaciones, pero desde la confianza y el asesoramiento y no tanto desde la fiscalización dura y pura. Ser compañeros de viaje y ayuda mutua.
Debemos llegar a las escuelas, ayudar a la inclusión de aquellos que son diferentes; al profesorado, trabajar para que el bullying no cause los estragos que causa. La tecnología está al servicio de la salud, pero no para usarla como instrumento para que la niña o el niño se metan en ese mundo virtual y no molesten. Eso es alejarlos de la realidad, no conviven con la familia, verdadero motor de recuperación de los menores con trastornos en su desarrollo.
Debemos trabajar, codo con codo, con los servicios sociales comunitarios, para ayuda y salvaguarda de los derechos de los usuarios.
La atención temprana debe contemplar la globalidad del niño, su realidad, sus entornos y su familia.
Demos sosiego a las familias y estaremos recuperando a las niñas y los niños
Atención Temprana
Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar.
Antonio Guerrero. Presidente de la Fundación
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