El pasado día 19 de octubre firmamos un Convenio de colaboración con ASEJER, Asociación Sevilla de Jugadores en Rehabilitaciòn.
He dejado pasar estos días para que sea hoy que es EL DÍA SIN JUEGO, no solo para anunciarlo, que ya lo hicimos en otras redes sociales; sino para solidarizarnos con todas esas personas y familias atrapadas en esa adicción que es el juego. Y que, lamentablemente, es un porcentaje muy bajo el que pide ayuda o es consciente de que el juego ha pasado de ser una actividad entretenida y lúdica a un serio problema de grandes consecuencias en el ámbito familiar, laboral y social.
Solo una de cada 35 personas que padece adicción al juego pide ayuda o acude a psicólogos, asociaciones o centros especializados. En la mujer es mucho mayor.
Llega a ser tal la dependencia que se pierde todo autocontrol, no se piensa en los que les rodean, en sus empleos, estabilidad familiar. Esta adicción no suele ir sola, en muchos casos va acompañada de otras.
ASEJER, con 30 años de historia, ayuda a todo aquel o aquella que acude a ellos pidiendo ayuda. Nunca es tarde, aunque se suele llegar con grandes problemas y mucho tiempo perdido.
Como el resto de adicciones no tiene cura. La persona que es ludópata lo será toda su vida, pero si se puede controlar, CON MUCHÍSIMA AYUDA, el día a día. No se puede partir de la premisa de “jamás voy a volver a jugar”. Sino “hoy no voy a jugar” y es el día a día. Ese día a día sin juego hará que pasen semanas, meses y años.
Muchas y muchos recaen, no se puede bajar la guardia. No hay un medicamento. De hecho, algunos medicamentos potencian las adicciones.
Es frecuente el suicidio, o intentos. Rupturas familiares. Pérdida de empleo. Buscar dinero para seguir jugando.
Es una enfermedad y como tal hay que tratarla. No es un vicio ni una forma de vida. Se ha llegado al robo, a otros o en sus empresas.
Hoy es el Día sin Juego. Ojalá sea el comienzo para muchas personas de “hoy no voy a jugar”
Todos debemos ayudar a estar personas. Si no son capaces de pedir ayudar, debemos ofrecérsela, si lo detectamos. En muchos casos nos dirán que nos metamos donde nos importe. Eso nos importa, el y sus familias. Si hoy no te presta atención, inténtalo mañana, pero no nos rindamos.
En el mundo de la discapacidad, las adicciones son muy frecuentes. A veces la propia discapacidad de la persona o de su hijo puede ser el detonante de esa adicción, que puede comenzar para superar momentos del día duros para al final acabar atrapados en las garras de esas adicciones.
Es frecuente la adicción no solo al juego de azar, sino a dispositivos electrónicos. El juego en tablets, móviles, consolas, … pero no pasar más o menos tiempo jugando, no. Sino desencadenar una verdadera adicción a esos juegos electrónicos, en niños y jóvenes con algún tipo de trastorno.
Antonio Guerrero.
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