Quiero hacer una reflexión en voz alta tras la presentación, ayer, dia 15 de julio, del Proyecto de Regeneración de la Barriada Martínez Montañés. en Polígono Sur de Sevilla.
Ayer decía que debemos tener paciencia, -aunque ya se ha tenido demasiada-, pero una regeneración por actuaciones urbanísticas nunca es rápida y menos con la administración, se licitan la redacción de proyectos técnicos, se licitan las obras, urbanismo tiene que dar las oportunas licencias, proyectos, reformados al proyecto, presupuestos, aprobación en plenos, … antes de poner un ladrillo o excavar una zanja.
Ni la barriada Martínez Montañés ni el Polígono Sur se merecen más caer en el olvido, ni que se deje otra vez para el próximo ejercicio presupuestario.
Espero y deseo que lo de ayer sea una apuesta firme y una decisión meditada y que esté tomada y no una nueva labor de maquillaje.
El barrio lo pide a gritos
Con solo trece millones de euros, bien utilizados, se puede hacer más que en los últimos treinta años, donde se han gastado más de 200 millones y un gasto no es una inversión
Conozco a los actuales gestores de las dos administraciones, de primera mano, y no me cabe duda de que la decisión está tomada. Pero les pido, a la Consejera y al Alcalde, que esto sea un inicio y no una intervención puntual. Que engrasen la maquinaria administrativa y los plazos se acorten todo lo posible, que los canalicen por procedimientos de urgencia -si fuese necesario-
CRÓNICA DE UN FRACASO
El Polígono Sur de Sevilla ha sido la historia de un fracaso. Un doloroso fracaso al que no es fácil encontrar un culpable porque rara vez existe realmente un culpable cuando la envergadura del fracaso tiene las dimensiones del que viene asolando desde hace años al castigado vecindario del Polígono Sur.
Aunque cuando el fracaso es compartido es que han fracasado todos.
Las Administraciones públicas, ciertamente, se han movilizado en el pasado para hacer frente a esa situación: y lo han hecho con sensibilidad, interés y buena voluntad; lo han hecho movilizando cuantiosos recursos presupuestarios en los distintos planes parciales o generales de intervención en la barriada puestos en marcha desde la década de los ochenta. Tales planes, sin embargo, han fracasado en lo sustancial. No hemos conseguido con ellos regenerar el tejido social, económico, cultural o urbano del Polígono Sur.
De la pública conciencia de ese fracaso colectivo nace la iniciativa impulsada conjuntamente desde el Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía de crear a finales del año 2003 el Comisionado para el Polígono Sur de Sevilla: un órgano que, tras revisar críticamente las actuaciones llevadas a cabo en el pasado, comprometió toda su energía en la redacción de un ambicioso Plan Integral del Polígono Sur. Un plan –y esto es muy importante resaltarlo– a cuya formulación no han sido en ningún momento ajenos los propios vecinos del barrio.
Todos sabemos a estas alturas, y el Comisionado lo sabe mejor que nadie, que, ante problemáticas tan hondas y complejas como ésta, las fórmulas políticas y administrativas de “todo por el barrio pero sin el barrio” conducen al fracaso. La única posibilidad de quebrar el cerco de dolor y fatalidad que ahoga al Polígono Sur es la participación activa, comprometida y responsable del vecindario, su implicación en los proyectos urbanísticos, sanitarios, socioeducativos o sociofamiliares que configuran el Plan Integral, su protagonismo social no sólo como beneficiarios directos, sino en ocasiones también como gestores y fiscalizadores del propio plan. Todo por el barrio, sí, pero con el barrio, pues sin él estaríamos de nuevo condenados al fracaso
REALIDAD SOCIAL DE LA ZONA
Por las características, bio-psico-sociales de la zona, convivencia de distintas etnias, sobre todo población gitana, religiones, usos y costumbres. Inseguridad, alto índice de analfabetismo funcional y real, tráfico y venta de droga, clanes dominantes en la composición social, vandalismo, hacen de esta zona un auténtico gueto, una zona extensa pero marginal y marginada. Su fama ha trascendido a la propia realidad y causa auténtico miedo y rechazo por parte del resto de la sociedad, sevillana, andaluza y nacional.
Considerado con el barrio más pobre de Europa, la realidad es que no se le ha dado oportunidad de transformación. Algunos planes integrales que no han dado el resultado esperado.
Hay muchas familias, sobre todo de etnia gitana, que se dedican a la venta ambulante, otros a la recogida de chatarra, altísimo índice de absentismo escolar, embarazos no deseados en la adolescencia, endogamia, carencia de cultura sexual y malos hábitos alimentarios.
La mujer deja de estudiar muy joven para dedicarse a ayudar en la crianza de hermanos, eso origina que los empleos que podrá obtener en un futuro sean no cualificados, mal remunerados, limpieza, venta ambulante, matrimonio joven y con una alta tasa de natalidad.
El hombre también abandona muy pronto los estudios y los empleos que puede encontrar son no cualificados, en la construcción, recogida de chatarra, trapicheo, temporeros en el campo.
No obstante esta introducción, se mezclan y conviven personas, tanto de etnia gitana como payos con trabajos estables, fuera de ese entorno y que quieren una inclusión social e integración del barrio en la ciudad de Sevilla.
La realidad es que no se le dan oportunidades a la zona, pues aunque hay bastante ayuda pública, suelen ser para programas de unos meses de duración y no para una consolidación de un cambio social, creación de empleo, establecimiento de empresas. Esas ayudas son en realidad un gasto y nunca una inversión, pues sólo te permite trabajar unos meses del año, el resto vuelven a la misma inercia anterior.
Así pues, podemos deducir que:
- No hay voluntad real de un Plan de Transformación Social del barrio a medio-largo plazo, pues, si la hubiera, se dotaría de las partidas presupuestarías necesarias.
- Lo que se hace actualmente es más una labor de maquillaje, pues sobre el papel se están destinando XXX millones de euros pero sin una finalidad de inclusión, recuperación… concretas; dejando en manos de la entidad beneficiaria el destino de los fondos más que, desde las distintas administraciones, sean concedidos para un fin necesario y específico. Con presupuestos calculados.
Podemos decir que en los últimos 30 años se han gastado 200 millones de euros en Polígono Sur, pero ha sido gasto y no inversión.
En muchas familias vivir en Polígono Sur se ha convertido en un medio de vida. Subsidios y otras ayudas que no generan oportunidades laborales, ni de formación, empleo, convivencia, educación, mejora de vivienda, actividades de la viva diaria.
Nadie quiere ir a Polígono Sur, eso entra en un bucle sin solución de continuidad. Hay que romper ese bucle y crear verdaderas oportunidades de empleo, dotar al Polígono Sur de infraestructura igual que el resto de zona o barrios. Como ejemplo gráfico no hay una Farmacia, Estanco, buzones de Correos, Administración de Loterías y muy poco negocio de barrio al por menor, algunas pequeñas tiendas dispersas y nada más. Sin supermercados o grandes superficies. No hay reparto de compras por internet, ni pizzas a domicilio, compras en grandes tiendas o superficies se niegan a hacer la entrega en viviendas de la zona, a partir de determinadas horas no entran taxis, VTC. Sumiéndose el barrio en “otra realidad
Polígono Sur es un barrio de Sevilla, pero no podemos circunscribir el problema al ayuntamiento, también es un barrio de Andalucía. Hay que comenzar por la educación y desde la cuna.
Entendemos que antes de sacar el barrio a Sevilla, debemos traer Sevilla al barrio para que se tome conciencia de que hay buenísimas personas que son víctimas de rechazo social por motivos, única y exclusivamente, de residencia.
Se debe entrar en las guarderías, los colegios, IES, centros de FP, ir desterrando el bullying, que tantos estragos hace, burlas, trabajar -codo a codo- las trabajadoras sociales de distintas organizaciones, asociaciones, Fundaciones, … con los servicios sociales comunitarios, para combatir el absentismo escolar.
Tejer una red de colaboración entre todas las entidades del Tercer Sector en la zona, en estrecha colaboración con los servicios sociales comunitarios.
Esta Fundación Antonio Guerrero se ofrece a ayudar en todo, pues esto no es tarea solo de las administraciones; Asociaciones, Fundaciones, tejido empresarial, todos somos necesarios.
Normalicemos el barrio, son nuestros vecinos.
Antonio Guerrero. Presidente de la Fundación. 670 86 36 86
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