Hoy hace 30 días que estoy confinado en casa. El día 12 de marzo, Katy yo, viendo lo que se venía encima, decidimos quedarnos ya en casa. A los dos días el gobierno declara el Estado de Alarma.

Lo llevamos bien; por las mañanas trabajamos en cosas de la Fundación, nuevos proyectos, intentar mejorar los actuales, gestiones de familias que nos llaman pidiendo ayuda, leemos la prensa, vemos noticias, ayudamos a entidades en el reparto de comida, mascarillas y otros equipos de protección. Algunas gestiones con Consejería de Igualdad, respondemos e-mails, comprendemos a las madres que nos dicen que sus hijos no se centran ni concentran en las telesesiones de los terapeutas, les decimos que les dan pautas a ellas y que esto es algo nuevo, desconocido y todos debemos intentar sacar lo mejor y aprender. Siempre se aprende de todo. Si los pequeños no avanzan, al menos intentemos que no retrocedan. Me preguntan ¿para cuando la Ley de Atención Temprana?, ¿por qué suspenden a mi hija que aprueba el examen, con adaptación no significativa, pero luego la suspenden en el boletín de notas?

Siempre he sido una persona muy optimista, vitalista, siempre viendo el horizonte con sol. Y hogareño, muy hogareño. No sé si por eso estoy llevando muy bien este confinamiento obligado y necesario -no cabe duda que necesario, eso no se cuestiona, al menos yo-. Por las tardes leo, veo documentales, Katy asiste al gimnasio virtual, lee y ve alguna que otra película en las plataformas digitales de TV.

Me llevé una gran alegría cuando vi que se abría el periodo de alegaciones para la Ley de Atención Temprana y estaba hasta el día 7 de abril. Después supe que aún continua abierto, pues los plazos se han suspendido. Cinco largos años luchando -cada día-, por una Ley de Atención Temprana y un virus nos la para. Pero claro, si ha parado al mundo, como no iba a parar esa ansiada Ley. Las familias me preguntan si cuando esté aprobada sus hijos -que han cumplido o van a cumplir próximamente los seis años- se volverán a reincorporar.

No lo sé. Es lo único que les puedo decir. Solo soy un abuelo, persistente, luchador, coloquial, negociador, casi siempre alegre y de buen humor, dispuesto a ayudar a todo el mundo sin pedir nada a cambio.

Pero solo un abuelo.

Hasta el día del confinamiento estaba viviendo, junto a Katy y muchas personas más, Maria, Isabel, JuanJo, Ana, María Cortés, Gustavo, María José, el abuelo Manuel, la abuela Carmen, José Luis, Lorena, Patri, Toñi e Inma, momentos muy bonitos, dulces, ilusionantes y maravillosos; cargados de esperanzas e ilusiones para todos, proyectos para crear Centros Ocupacionales y poder dar trabajo a decenas de adolescentes y adultos con alguna discapacidad y que la sociedad les negaba esa oportunidad. La Caixa se fijó en el proyecto y lo hizo propio. Nos dio una ayuda para poder iniciarlo y cuando ya estábamos para iniciar las obras y compras de maquinaria, hornos, materias primas, contratación de monitores y tutores laborales y abrir el proyecto. De repente llegó el confinamiento. Los fondos están a buen recaudo y deseando ser invertidos.

También muy ilusionados con llegar a Polígono Sur y 3.000 viviendas, el proyecto le gustaba a todos. Administración, colectivos, entes sociales, otras Fundaciones, Hermandades, … mantuvimos varias reuniones con el Comisionado, con los EOE de Educación y de Atención Temprana, el contrato del local firmado, las llaves en nuestro poder, a punto de comenzar las obras para adaptación a las necesidades del CAIT, el mobiliario preparado por parte de Endesa, que nuevamente nos iba a equipar, e intentar externalizar algún trabajo para el Centro Ocupacional. De repente llegó el confinamiento. Los proyectos están a buen recaudo y deseando ser reactivados.

Reyes y María del Mar a punto de comenzar las formaciones en los Colegios e Institutos de Benacazón, gracias a una ayuda de la Jefatura de Zona de La Caixa. Todo preparado para cerrar las agendas y comenzar las formaciones. Un poco nerviosas pero muy ilusionadas por el reto que tenían por delante, formar a profesionales de la educación, alumnos y familias sobre la discapacidad. Realidad que convive con nosotros pero que en muchos casos miramos para otro lado, ellas -Reyes y María del Mar- querían dar visibilidad, comprensión, tolerancia, aceptación… convivir unos con otros sin importar lo que sea diferente en cada uno, pues todos somos diferentes, pero algunos más y sufren en silencio, ellos y sus familias. De repente llegó el confinamiento. Rayes y María del Mar, también, pero deseando trabajar. ¿Este curso? ¿el próximo?, no sé, pero se trabajará y se dará esa formación.

Mi entrañable amigo Félix, alcalde de Pizarra y Paco, alcalde Álora, deseando de comenzar con los proyectos que tenemos para sus localidades y comarcas, Sierra y Valle. Llevar la Atención Temprana a los pequeños de Sierra de las Nieves. De repente llegó el confinamiento. Los fondos están a buen recaudo y deseando ser invertidos y los pequeños, un día más perdido, pero, un día menos de espera.

En puertas, entrevistas a las decenas de curriculums para todo lo anterior, intentar elegir a las personas más adecuadas, mejor formadas y con más ilusiones y ganas. Créanme cuando les digo “decenas” de curriculums. Como anécdota, una chica de Castilla León que quiere hacer las prácticas curriculares en el CAIT de Polígono Sur y 3.000 viviendas. El reto es fascinante, ayudar a los más necesitados de los más necesitados.

Sigo con la misma ilusión, pues la ilusión es el combustible de la vida y, por encima de todo, la vida debe continuar, igual o diferente, pero continuar. Y, aunque tengo 65 años, mi entusiasmo parece el de un veinteañero; creo que esto, que antes me dio algún que otro disgusto (por confiar en quien no debía), ahora debe ser un punto fuerte. Necesitamos -como sociedad- esperanza, ilusión, entusiasmo y trabajo, mucho trabajo.

Sé que hay que dosificar muy bien el gasto público pero ¿se sacrificará la recuperación de estos pequeños?

Félix me dice que ahora, más que nunca, quiere hacer realidad el proyecto que tenemos y yo creo que es neurálgico para esa zona y población. Creo que puede ayudar a repoblar la zona y ser un foco de atención y punto de referencia.

No quiero parar, porque los niños están perdiendo muchísimas terapias bis a bis con sus terapeutas. Porque la Ley de Atención Temprana en más necesaria que nunca. Ahora hay que legislar para todos, y, para ellos también. Está redactada, hay que aprobarla y ponerla en marcha. Háganlo, gobierno y parlamento.  

Repito, no voy a parar para estar preparado y cuando se dé, ojalá que sí, el pistoletazo de salida, me coja en primera línea y preparado para intervenir inmediatamente.

También tenemos que ir seleccionando y preparando al personal, la creación de empleo será bastante. Entre todos los proyectos rozarán los 100 puestos de trabajo.

Cien puestos de trabajo en estos tiempo son muy necesarios y un grandísimo logro.

De repente llegó el confinamiento. Pero los proyectos están a buen recaudo y deseando ser reactivados. Y yo sigo siendo, persistente, luchador, coloquial, negociador, casi siempre alegre y de buen humor, dispuesto a ayudar a todo el mundo sin pedir nada a cambio.

Por último, recordar las publicaciones del Banco Internacional de Inversiones, dependiente de Naciones Unidas:

Cada dolar invertido en Atención Temprana revierte en la sociedad en 17 dolares y

cada dolar invertido en educación revierte en la sociedad en 8 dolares.

De esta saldremos, todos juntos, pero saldremos. Nos nos quepa duda, pero, … recorten menos.

#YoMeQuedoEnCasa

Antonio Guerrero. 670 86 36 86