El pasado jueves, 9 de junio, y coincidiendo con la cercanía del Día Nacional de Atención Temprana (el próximo 16 de junio, festividad de Corpus Christi en Sevilla) se desarrolló un encuentro para hablar de lo que ha supuesto la pandemia Covid 19 para los menores y familias que reciben Atención Temprana.
Organizado por la Cátedra Fundación Antonio Guerrero de atención a la diversidad funcional de menores y jóvenes de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
El acto de apertura contó con la presencia de Regina Serrano, Delegada Territorial de Sevilla de la Consejería de Salud y Familias, Rocío Reinoso, presidenta del Consejo Social de la UPO, María José Parejo, directora de la Cátedra y Antonio Guerrero presidente de la Fundación. También asistió la Viceconsejera de Igualdad, Carmen Cardosa y como es costumbre en él, por muchas cosas que tenga, nos hizo una visita David Cobos, Vicerrector de Cultura y Políticas Sociales, Antonia Márquez e Inmaculada Ramos miembros del Patronato de la Fundación, Katy Herrero, vicepresidenta de la misma y junto a Inma Ramos pertenecientes al Consejo de la Cátedra.
También estuvieron representadas la Hermandad de la Candelaria, la Fundación MAS, diversos centros y entidades, profesionales y familias.
Un acto concurrido que contó con ponentes muy cualificadas. Ponencias magistrales, de rabiosa actualidad, con rigor y muy documentadas.
Se presentaron realidades que no han supuesto un avance en la recuperación de los menores con trastornos; en muchos casos todo lo contrario. Al ser tan reciente no hay evidencia científica pero sí se ha detectado desde muchos entornos una ralentización en el desarrollo motor, en la comunicación y lenguaje, aumento de peso y hábitos de alimentación menos saludables y un crecimiento del número de horas que pasan los niños de primera y segunda infancia ante una pantalla, de teléfono móvil, tablets, ordenadores y TV y por supuesto en adolescentes donde se llegan a los 740 minutos, 6 horas, cada día.
Por supuesto que todas esas horas no son tiempo desaprovechado, ha habido horas de estudio, interactuación con profesionales de Caits, colegios, … pero no cabe duda de que también ha habido mucho tiempo dedicado a juegos, chat con amigos, visionado de contenido audiovisual de distintos tipos. Ha habido un mayor sedentarismo, falta de ejercicio, menos horas de sueño y por tanto de descanso, menos relaciones interpersonales y de familia extensa -abuelos, primos, …-.
Se han dirigido a nosotros bastantes familias quejándose de las largas listas de espera para ser valorados por las UAIT y después para su incorporación a los diferentes CAIT. Esto no es nuevo, es algo crónico y, por tanto, perdurable en el tiempo. También lo que supone que al cumplir los 6 años, los menores dejen de ser atendidos por el sistema público, pasando a depender de concesión de Becas en algunos casos -nunca en trastornos motóricos- y pasen a ser una fuerte carga en la resentida economía familiar.
No cabe duda de que nos dirigiremos al gobierno que salga de las elecciones del próximo día 19 para exponerles todas estas circunstancias, solicitar mayores e importantes dotaciones presupuestarias, que haya un incremento en el número de menores asignados a los distintos CAIT, hay demasiados lotes bastante pequeños en relación a la población donde están ubicados y, por supuesto y como más perentorio y necesario, la ATENCIÓN A LA SEGUNDA INFANCIA. No se produce una curación milagrosa al llegar a los 6 años, en muchísimos casos lo que ocurre es una paralización en la recuperación de los menores, unas veces por falta de recursos económicos, de oportunidades, capacidades de los Centros. La consecuencia inmediata es el aumento de estrés de las familias, ese aumento de estrés provoca una desestabilizaciòn del equilibrio de relaciones interfamiliares, más horas ante una pantalla para que el menor se entretenga, aumento de la obesidad, mayor número de visitas a los servicios médicos, deterioro de la salud mental.
Decía una de las ponentes que “el aburrimiento es la madre de la creatividad”, el niño, cuando está aburrido, crea, piensa en algo, juega, deja correr su imaginación. Esas horas de pantalla, en muchos casos, está mermando esa capacidad creativa, de juego, real o simbólico.
La pandemia también ha traído, en general, un incremento en las adicciones, consumo de alcohol, juegos on line. Esos son factores de alto riesgo.
Podríamos llenar muchos folios con lo que allí se habló. Lo mejor, creemos que es ir a las próximas convocatorias, sean de lo que sean.
La familia es el verdadero motor de recuperación de los menores con trastornos en su desarrollo, sin embargo son las que menos se acercan a estas citas. Nos decían varias de ellas que “debería hacer más jornadas así y ayudarnos a las familias a saber cómo debemos actuar, qué debemos o podemos hacer y aprendamos a vivir y convivir con un miembro con trastornos”.
Lo haremos, no solo en la Universidad. Iremos por distintas poblaciones. Estamos para ayudar.
Sí hemos anunciado que se está preparando ya un Congreso Internacional de Parálisis Cerebral a celebrar durante los días 16 y 17 de febrero de 2023. Dirigido y coordinado por el Dr. D. David Farrington y un magnífico equipo de ayudantes. Pronto se abrirá el plazo de inscripción pues las plazas están limitadas a 350 y se desarrollará en el Paraninfo y resto de espacios de la Universidad Pablo de Olavide. Contará con ponentes referentes a nivel mundial y también se podrá seguir por streaming, para lo que se contará con traducción simultánea, diferentes foros que seguir. Será uno de los actos muy importantes del XXV aniversario de la Universidad Pablo de Olavide.
De este evento iremos informando puntualmente sobre su marcha y contenidos.
Es obligado dar las gracias al Dr. Farrington pues cuando se le propuso tardo en aceptar menos de lo que dura un parpadeo.
Pasadas las 9 de las noche y tras las fotos de rigor nos despedimos y quedamos emplazados para próximas convocatorias en las que también se está trabajando pero es pronto para anunciarlas. Aunque serán también de mucha actualidad, rigor científico y buscaremos -siempre- lo mejor para los menores, jóvenes y adultos con diversidad funcional.
Nos emocionó una chica que nos decía que ella, con Síndrome de Asperger y Dislexia, no había contado con ningún recurso en su infancia y que cuando comenzó a oír a las ponentes terminó encantada con lo que había escuchado.
El Patronato de la Fundación AK Antonio Guerrero
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