Acaba de publicarse en la Revista Nature Medicine, y divulgado por diversos diarios de tirada nacional y local, así como por radio y televisión, el reciente hallazgo por parte de un grupo de investigadores españoles pertenecientes a diferentes centros de investigación – como son el Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”, de la Universidad Autónoma de Madrid-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CBM-CSIC), la Universidad Europea y la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (Fundación CIEN), coordinados por la Dra. María Llorens Marín – de la “novedad” (lo escribo entrecomillado por la controversia existente hasta ahora en el aspecto que nos ocupa) de que han podido observar que existe un proceso de neurogénesis, esto es, adición de nuevas neuronas, en una zona del cerebro denominada hipocampo, responsable de la memoria a largo plazo (principalmente); siendo esta región de las primeras que se ven afectadas en la enfermedad de Alzheimer, lo que se refleja en la confusión y poca memoria en los enfermos desde los primeros estadíos de esta enfermedad.
La controversia hasta ahora, es debida a que no se habían podido observar estas nuevas neuronas en cerebro de humanos; sin embargo, este grupo de investigadores, usando novedosas técnicas de procesamiento de tejidos, han podido confirmar la existencia de neuronas inmaduras, lo que confiere un grado incomparable de plasticidad a todo el circuito del hipocampo, y lo que es más importante, que este proceso se mantiene a lo largo de la vida por décadas, durante el envejecimiento fisiológico.
Este descubrimiento, tiene especial significado en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer, no cabe duda, pero yo añado: ¿Qué más necesitan las autoridades sanitarias y los responsables políticos para establecer de una vez por todas en todo el territorio nacional la Atención Temprana como un proceso continuado durante toda la vida de la persona que la necesite?
Si ya era una evidencia científica ampliamente demostrada que el proceso de plasticidad cerebral va más allá de los seis años, este nuevo descubrimiento, pone de manifiesto que el interrumpir la Atención Temprana a los seis, nueve, doce, etc., dependiendo de la Comunidad Autónoma de que se trate que es un verdadero atentado contra el derecho subjetivo de la persona a una vida digna y de máximas oportunidades para alcanzar su desarrollo más completo posible.
Es el momento de reclamar con voz alta a los responsables que no se puede dilatar ni un día más la espera de que la Atención Temprana se lleve a cabo hasta donde la persona necesite las terapias correspondientes. Llámenle como quieran, Atención Temprana, Segunda Infancia, Adolescencia, Madurez…, pero todo el tiempo que sea necesario.
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