Unos padres nunca deben sobrevivir a sus hijos, es contra natura.

Por eso, el dolor es desgarrador, ellos nos deben dar sepultura a nosotros y no nosotros a ellos.

No hay palabras para consolar a una madre por la pérdida de una hija. Es imposible.

Anoche, Alejandra, dio su último aliento, su último suspiro, en el regazo de Marina -su madre- a las 12 y 36 de la madrugada. qué mejor sitio donde expirar que en los brazos de quien le dio la vida.

Conocimos a Marina hace ya un tiempo, tuvimos ocasión de abrazarla en Málaga, en la presentación de La Realidad Invisible.

Siempre ha sido alegre y vitalista, mujer risueña, de belleza serena aunque ojos avispados. Nunca perdimos el contacto.

No debemos recordar el 4 de agosto como el día de la muerte de Alejandra sino como el día en que Alejandra entró en el cielo. Eso hacemos con mi madre cada 23 de diciembre.

Hoy hay un ángel más en el cielo y sé que nos ayudará. Nos hace falta mucha ayuda. Tal vez por eso, Dios la ha llamado, quién mejor que Alejandra para comprender a aquellos niños que son diferentes.

Katy y yo estaremos al lado de Marina, le diremos adiós a Alejandra y abrazaremos a su padre.

Después regresaremos, en silencio, con una mezcla de sentimientos, tristeza y dolor, añoranza, sentiremos su pérdida pero notaremos su presencia, ¡¡hay tanto por hacer!! que nos hace falta ayuda desde el cielo, eterna morada de Alejandra.

Algún lucero nuevo brillará en el cielo para recordarnos, cuando lo veamos, que -desde allí-, ella nos ayuda y protege a tantos y tantos niños que no pudieron jugar con ella.

Será nuestra Dama de Honor In Memoriam.

Nunca te olvidaremos, Alejandra, y nunca dejaremos a papá y mamá. Los querremos y cuidaremos. Ve tranquila y en paz.

Te queremos y siempre te recordaremos. Luchadora y aferrándote a la vida, hasta que tuviste que dejarnos, pero nunca te rendiste.

La Plataforma de Atención Temprana y la Fundación AK Antonio Guerrero.

A ti, que nos lees, te pedimos una oración.