Queridos Reyes Magos, no sé si esta carta os llegará a tiempo, pues aunque sois magos, a veces la magia tarda en hacerse visible. Me llamo… , bueno eso no importa hoy, tengo miles de nombres, desde Abel a Zacarias en niños y desde Ana a Zenobia, en niñas. 

Tengo, padezco, sufro, … no sé como llamarle, a mi edad me faltan las palabras, aunque escucho -siempre a los mayores- decir, autismo, parálisis cerebral, asperger, síndrome de down, tel, trastorno generalizado del desarrollo, algo de Angelman, síndrome de rett, de west, de wolf, piel de mariposa, huesos de cristal, microcefalias, otra veces unos nombres muy raros, pero que muy raros, imposibles de repetir -tan rato que mi madre pone una cara igual de rara, pero de disgusto- también he escuchado las palabras epilepsia, hipotonía muscular, trastornos sensoriales, motóricos, cognitivos, de conducta, del apego y muchas, muchas cosas más.

Bueno, pues todo eso y más, es lo que tengo, sufro, padezco.

Voy mucho a los médicos y a otros sitios donde me ayudan y enseñan a caminar, a hablar, a comer, a poner cada cosa en su sitio y muchas, muchas cosas más.

Tambien voy al cole, allí también me ayudan, pero menos. Se quejan de que no hay recursos. No sé que significa, pero eso es lo que dicen. Y allí, muchos, muchos niños me ayudan y juegan conmigo, pero otros, pocos, pero algunos, se burlan de mi o me empujan o no quieren jugar conmigo. Claro como hablo tan mal, no me entienden, o como no puedo andar, no podemos jugar a las carreras, otras veces no los entiendo y me asusto cuando ponen cara rara o explotan un petardo o un globo y grito y lloro y me escondo.

Mi madre juega conmigo y me coge en brazos y se ríe, pero tiene los ojos sin brillo y ella cree que no pero, a veces la escucho llorar, en su cuarto, o hablando con una cosa que se llama móvil, con sus amigas. 

“No crezcas”, me dice, pero no se como se hace eso. Parece ser que si crezco y un día cumplo seis años, … parece ser que entonces comienzan los problemas, bueno los problemas comenzaron cuando le dijeron lo que tengo, padezco o sufro, luego lo que pasa es que llegan más problemas. Ahora os dejo con otro niño que ya ha cumplido los seis años. Sabrá mejor que yo, que es lo que pasa entonces.

Hola, me llamo,  bueno eso no importa hoy, tengo miles de nombres, desde Abel a Zacarias en niños y desde Ana a Zenobia, en niñas. 

Yo ya cumplí los seis años y si cuando era más pequeño era triste y duro, después fue mucho peor. Mis padres decían que no podían pagar a las personas que me ayudaban a hablar, a caminar, a comprender. Era como un juego de magia, hasta antes de los seis años todo era fácil, pero … de repente, el mismo día que cumplía seis años, lo que era luz se volvió oscuridad, lo que era ayuda y compañía, se volvió soledad.

Por qué pasará esto al cumplir los seis años y muchas cosas más, discusiones de mis padres, él un día se fue y dejó de venir a casa.

Queridos Reyes Magos, os voy a pedir dos cosas, pero son muy difíciles. Pero con magia seguros que se puede. Eran tres cosas pero ya me han dicho que la primera no se puede, ni con magia y era detener el tiempo, que no creciera. Una de las otras dos es muy fácil, o a mi me lo parece y es que nada cambie al cumplir los seis años, que todo siga igual, seguir yendo a sitios donde me ayudan y enseñan a caminar, a hablar, a comer, a poner cada cosa en su sitio y muchas, muchas cosas más y si es posible al colegio les deis más recursos (así lo llaman los mayores) y que lo niños no se burlen de mi, son pocos pero me hace sufrir.

El tercero, lo voy a pedir, pero no lo comprendo muy bien. Escucho a muchos mayores decir que los políticos no tienen corazón, o no tienen sensibilidad ni sentimientos, piensan para ellos y no para lo demás. Me cuesta mucho trabajo creerlo, como alguien no puede tener corazón, sin eso no se puede vivir, buenos los robot si pueden (no se si serán robot), y sin sensibilidad, como puede ser eso, que no seas capaz de ponerte en el lugar de otro, si yo mismo a mis siete años lo hago y entonces lo comprendo y trato de ayudarlo. Eso no puede ser, tienen que tener sensibilidad y sentimientos, también, aunque nunca los he visto llorar, mi madre dice que todos son iguales cuando lo escucha discutir, decirse cosas feas unos a otros. Pues mi petición es para ellos, os pido que les traigáis un corazón a cada uno, muy grande y cálido, dos arrobas (eso se lo escuché a mi abuelo) de sensibilidad y todos los mejores sentimientos, agradecimiento, amor, paz, esperanza, solidaridad, comprensión, bondad, ternura y valentía. Sobre todo valentía para ser capaces de cambiar lo que está mal y ser valientes para hacer que esté bien.

Si eso podeis hacerlo, todas las familias de los niños desde Abel a Zacarias y niñas desde Ana a Zenobia, serán un poco más felices. Bueno, mucho más felices y todo será mejor.

Solo pido eso, no se si será posible. Pero la magia todo lo puede. Y los Reyes Magos tiene magia.

Desde Abel a Zacarias en niños y desde Ana a Zenobia, en niñas