El pasado 15 de marzo, se conmemoró el Día Mundial del Sueño. Este año incide en la importancia que tiene un sueño de buena calidad en nuestra salud.

“…, no dormir adecuadamente favorece la aparición de complicaciones endocrinas, metabólicas, psicológicas, inmunológicas, psicomotoras, etc., siendo el desencadenante probable de determinados trastornos neurológicos…”, afirma el Dr. Carles Gaig Ventura, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Según datos de la SEN, entre el 20% y el 25% de la población infantil sufre algún tipo de trastornos del sueño y entre el 20% y el 48% de la población adulta, sufre en algún momento de su vida, dificultad para iniciar p mantener el sueño. Ver nota de prensa.

A la vista de estos datos, nos paramos un momento a pensar en la diversidad de patologías existentes en la población infanto-juvenil y adulta afectadas por toda esa variedad de Enfermedades poco frecuentes, el amplio abanico de síndromes y trastornos varios, que inciden muy seriamente en la calidad del sueño de todos ellos y sus familias, y reclamamos la atención de los especialistas en este campo ciertamente olvidado.

Parece que no dormir entra dentro del cuadro de tareas que debemos asumir y esto no puede ni debe ser así; pues esta mala calidad del sueño, afecta seriamente a las relaciones familiares, al rendimiento laboral y a la atención necesaria que se ha de prestar en nuestra actividad diaria. Es necesario un cambio de actitud y prestarle la debida atención solicitando, si es necesario, la ayuda profesional adecuada a cada caso.