Esta mañana iba a Sanlúcar la Mayor, para una entrevista en Solucar Radio.

Recibo una llamada, como tantas cada día, la atiende Katy y le dice que, por favor, envíe un mail, “Antonio lo leerá lo antes posible y se pondrá en contacto contigo

Ha llegado el mail. Lo he leído y vuelto a leer. Está perfectamente el relato de hechos y están perfectamente plasmadas sus dudas, preguntas sin respuesta. Solo quiere que su hijo sea un niño y nadie le prive de serlo.

He hablado con ella y mi mejor respuesta ha sido “puedo publicar esta cartaEsta escrita desde el sentido común, luego desde el corazón y al final desde las tripas.

Esto que hoy pasa en Almería, también está pasando en muchos más sitios. Me dicen que es un asunto heredado. Nuestros pequeños no saben de herencias, si de jugar, correr, caerse, llorar y reír. Yo también tengo pedida citas con algunas delegaciones, desde hace más de un mes y también sigo esperando, también he pedido con la Secretaria General y con el Consejero. Solo quiero ayudar, buscar puntos de encuentro, colaborar. No quiero confrontar, sino soluciones. Los niños con diversidad funcional merecen el mismo trato que los demás, tal vez no llegarán tan lejos, pero llegarán, tienen los mismos derechos, pero más necesidades. Estamos para ayudar. Exigimos ayudar. 

Como dice esta madre, “Somos la primera escuela y ustedes la segunda familia“. Tomemos de la mano a nuestros pequeños, nosotros una mano, ustedes la otra, y juntos les acompañemos por la senda de la educación. Juntos sí es posible una escuela mejor y que de verdad sea inclusiva. por separado, … lean lo que viene a continuación.


Buenas tardes:

Me llamo María José Molero y tengo dos hijos, uno de 7 y otro de 3 años. Este último tiene síndrome de Down.  

La historia que me quita el sueño es la siguiente:

Llega la hora de escolarizar a mi hijo pequeño en su aventura escolar.

En febrero/marzo, le hacen su valoración desde el EOE de Níjar, que es la zona que me pertenece por vivir en una barriada de Carboneras que se llama Llano de don Antonio (Almería). Desde este equipo, y tras hacerle las pruebas (que menuda risa me pegué para mis adentros) me recomiendan que de los 3 centros educativos que hay en el municipio, el más recomendable para mi hijo de 3 años es el CEIP Simón Fuentes, ya que en él están los apoyos que mi hijo necesita al tener dictamen B (asiste a aula ordinaria la mayor parte del tiempo pero con apoyos de logopedia,  pedagogía terapéutica y monitor).

Les comento que ya tengo un hijo escolarizado en un centro de la localidad, que se encuentra cursando 1° de primaria y mi intención es que mi hijo pequeño vaya a ese centro, ya que esta su hermano ahí y es el más próximo a mi domicilio porque el que me recomiendan es el más retirado. Pues… me dicen que en el CEIP San Antonio de Padua, que esta mi hijo mayor matriculado y cursando primero de primaria, no dispone del personal que mi hijo menor necesita y que una vez que matricule a David, en el otro centro, mi hijo mayor va con el porque un niño arrastra al otro. (Cosa que no es cierta porque si el centro no dispone de plazas, uno si iría pero, el que no tiene plaza, se queda pendiente hasta que la haya).

Mi propuesta es, que como en los otros centros si cuentan con ese personal específico, vayan al centro en el que quiero matricular a mi hijo y donde esta su hermano y le den los apoyos que necesite. Su respuesta es rotundamente no. Les digo que dónde queda la libertad de elección de centro, la inclusión, la igualdad de oportunidades, la atención a la diversidad… y solo obtengo un si, si pero no. En el Llano de Don Antonio, hay un centro adscrito al CEIP Simón Fuentes, que es donde cursó infantil mi hijo mayor, pero en ese centro tampoco cuentan con el personal que mi hijo necesita y es el más próximo a mi casa, a tan solo 2 minutos a pie.

Por consiguiente, otro centro al que mi hijo con síndrome de Down no puede acceder.

En fin, tras hablarlo con mi marido, decidimos ir a los otros centros a informarnos sobre las plazas vacantes para que ambos hermanos vayan juntos al mismo centro y, al final, los preinscribo en el centro recomendado, CEIP Simón  Fuentes.

 Al hablar con la directora, le comento la situación y la recomendación desde el EOE para que mi hijo pequeño vaya a ese centro: tiene el personal que necesita David, que así se llama mi pequeño, y además cuenta con transporte escolar y dos líneas.

Pues bien, la directora me dice que sí hay plazas, que mis hijos pueden asistir al centro pero que el personal de logopedia, que hay uno en el centro, lo comparte con los 3 colegios e instituto. Que pedagogos cuenta con dos en el centro y otro que comparte con uno de los otros centros, CEIP Federico García Lorca. Monitor, solo tienen 1, así que, la persona que más lo necesite en un momento determinado ha de ir con el.

Que en el centro hay 37 niños con diagnóstico y otros tantos en lista de espera para ser valorados, pero que debido a la falta de tiempo del personal de orientación en el centro, aún no han sido evaluados. También me informa que la unidad de infantil de 3 años se cierra una por falta de niños, ya que hay matriculados 26 niños. De ellos, hay 3 niños con NEAE. Uno de aula específica, mi hijo con Síndrome de Down y una niña con retraso cognitivo leve.

No comprendo mucho la situación por el cierre de unidad habiendo niños y sobre todo porque entiendo que en una educación de calidad debe atenderse a todos los alumnos por igual. Si hay menos niños en las aulas, entiendo que la atención puede ser mejor. 

Ante esta información, tengo desasosiego porque no era esa la realidad que me habían presentado desde el equipo de orientación educativa. Me sentía engañada, pero eso solo son mis sentimientos y pensamientos. 

Le comento a la directora del centro que qué podemos hacer al respecto y me dice que luchar por el aula, los especialistas…etc.

Pues dicho y hecho, aunque algo tarde, desde el AMPA del centro, se ponen en contacto con las madres/padres del aula de educación infantil de 3 años para informarnos de la situación actual. Hacemos escritos, pedimos cita con la delegada de educación de Almería  (cosa que aún a día de hoy estamos esperando) y también con el jefe de Planificación de la delegación. Éste último, me recibe un día de los que voy a entregar documentación, y al comentarle la situación del centro me dice que la unidad no se puede abrir si no hay niños, ya que la ley dice que son 25 y entramos dentro de la ley. Le comento las personas con NEAE, pero no pasa nada ya que están integradas en el aula. Le comento la perdida de la maestra de apoyo si la unidad desaparece y me lo confirma. Pero, que han estado hablando la delegada , él y  otros tantos, en una reunión, y tienen presente ese punto. Intentarán que el apoyo educativo no se pierda, pero todo esto sólo puede decirlo verbalmente. 

Tras esta reunión, lo comento por el grupo de whatsapp y los padres se indignan un poco, aunque yo les digo que tienen razón pero que entramos en la ley y quizá ahí, no tengamos mucho que hacer.

Nos reunimos también con el alcalde en funciones. Nos comenta el desconocimiento de la situación pero decide apoyarnos e involucrarse en el movimiento y la causa.

También comento en la asociación de Almería para el Síndrome de Down (ASALSIDO), el problema en el que me encuentro y, a día de hoy aún espero su respuesta o apoyo. Con hoy ya son 3 semanas desde que les informé de mi situación.

Volvimos a reunirnos algunas madres y el presidente del AMPA del centro Simón Fuentes con la directora. Una vez dentro, ella nos muestra su postura (“no puedo hacer nada hasta que no tenga en mis manos el personal definitivo y veamos cómo quedan las cosas”) y, nos muestra un Decreto,  concretamente el D. 40/2011, del 22 de febrero y, me comenta, el artículo 30.1 del mismo que dice: distribución equilibrada. “La escolarización del alumnado con NEAE garantizará las condiciones más favorables para el mismo, teniendo en cuenta los recursos disponibles en el centro. La consejería competente en materia de educación, realizará una distribución equilibrada de este alumnado, entre los centros  docentes sostenidos con fondos públicos, en condiciones de que faciliten su adecuada atención educativa y su inclusión social”. Tras la lectura del mismo me dice la directora que vaya con ese decreto al jefe de planificación y que le pida que me cambie a mis hijos  al centro que estaban antes, porque según esto, así es como se debe hacer la distribución equilibrada y no que le están mandando a su centro, todo el alumnado con NEAE, provocando que sea un gueto y prohibiendo a los demás centros de la escuela inclusiva y la realidad educativa.

En esa reunión, también me comenta una problemática que hay con el transporte escolar. Y es falta de monitores y, a veces , demasiados alumnos para un mismo autobús. 

Para que entiendan este punto le explico que, Carboneras recoge en un microbús a alumnos de una barriada de Níjar llamada Aguamarga, ya que su proximidad a la localidad de Carboneras es menor que asistir a Níjar. Y, además, Carboneras cuenta con barriadas y éstas tienen transporte escolar. Un autobús de 55 plazas para, parece ser, demasiado alumnado y solo un monitor. Mi cara ahí es de asombro. ¡Mis hijos deberán ir en ese autobús masificado y con un solo monitor! Mi hijo David,  necesita ayuda para subir esos gigantes escalones del autobús, así como ayuda para sentarse en los asientos, el trayecto y la bajada del mismo. Pensé,  que al ser un autobús con tantos niños dos entradas y salidas y, además un discapacitado, dotaría de, al menos un monitor más. Pues bien, la respuesta es NO. Ve y vuelve a hablar con el jefe de Planificación y lo solicitas porque al centro no le ha hecho caso y al AMPA aún no le ha contestado tras su queja impuesta en septiembre del año pasado.

Le comento que por qué no me dijo de ese punto cuando vine a hablar con ella y  me dice que yo aún no soy madre del centro, pero que me lo cuenta ahora tras la respuesta del jefe de Planificación y, que ahora pues como me afecta, me informe y me mueva.

No se si me he dejado algún apéndice sin explicar. El caso es que no quiero que mis hijos tengan que asistir a ese centro, aún realizada ya la matriculación y encontrándome nada más que trabas. Me encantaría no tener que haber cambiado a mi hijo mayor de centro y sacarlo ya de su círculo de amigos etc, porque no se encuentren los centros preparados y adaptados para personas con discapacidad. Me arrepiento de tal cambio.

Pero, si mis hijos han de iniciar sus estudios en este centro recomendado, Simón fuentes, que en mi opinión fue ‘impuesto’, y éste no está a la altura o no atiende a las necesidades del alumnado, ¿qué clase de educación les van a dar? Siempre parto de que la familia es la primera escuela y la escuela es la segunda familia. Siempre he defendido la coordinación, compromiso e implicación, pero… , ¿es eso real? ¿Es posible? Desde educación los niños son solo números, no personas con necesidades mil.

A lo largo de mi lucha particular, que llevo ya desde febrero, solo me he encontrado muros y más muros en el camino. ¿Es que las personas con discapacidad no tienen el mismo derecho que cualquier otra persona? ¿Desde que nace una persona con discapacidad tiene que estar luchando siempre? ¿Cuándo se van a dar cuenta todas las demás personas que forman este mundo, que las personas con discapacidad también son personas? Estoy harta de etiquetas, de miradas, de consuelos, quiero que mi hijo sea un niño y nadie le prive de serlo. Quiero una escuela real como la vida misma llena de gente de otras culturas,  etnias, colores… pero también se cuenten con las personas discapacitadas que también entran dentro de ese elenco al que llaman diversidad. Quiero que las familias con personas con discapacidad tengan también un poco de paz en algo tan sencillo como es escoger escuela para sus hijos. Hijos que el día del mañana serán las personas del futuro y que esta sociedad aún sigue escondiendo como si fuesen escoria. ¡¡¡¿¿¿Cuánto nos queda aun por luchar!!!???.

Solo quiero normalización para que mi hijo vaya al cole que vaya sea uno más. Si en todos los centros educativos hay menos niños, esta claro que la educación será mejor e individualizada, atendiendo a los intereses del alumnado. Si en todos los centros hay personal cualificado para atender a las necesidades educativas, será una enseñanza de calidad. Si en todas las escuelas hay además de inmigrantes, personas con discapacidad, será escuela inclusiva.

Que no nos engañen más y que hagan la realidad en los centros y así será también en la sociedad.

Creo que no me he dejado nada más en el tintero. Pero si he olvidado algo, espero recordarlo cuando hable con usted. 

Quiero agradecerle su atención e implicación, al menos en leerme y escucharme.

Un saludo, 

María José,  una mamá como todas las demás.


El Patronato de la Fundación Antonio Guerrero. 670 86 36 86