Acabo de llegar a casa, después de una mañana intensa, preparando los dossieres que vamos a llevar al viaje que emprendemos mañana. Un poco cansado, pues son muchas las cosas que queremos despachar con Alcaldes, Concejales, Gerente de Mancomunidad, entrevistas de trabajo, … No llevaba dos minutos sentado cuando me entra este correo electrónico.

No conozco a Luis Manuel, el pequeño de 4 años. Si conozco a sus padres, Lola y Julio. Ella es una señora y él un caballero, pero no es su educación exquisita lo que los define mejor, sino la mirada, a veces de tristeza, otras de esperanza y muchas de resignación. Son dos luchadores, pero no solo por Luis Manuel, sino por todos “Antonio, lo que más lamento es que estemos tan lejos y no te pueda ayudar más”, -me dice, de vez en cuando. Sin saber que con sus llamadas, de ambos, Lola y Julio, me ayudan muchísimo.

Luis Manuel es su razón de vivir, viven por y para él, tiene cuatro años y no quieren que crezca, quisieran que se parase el tiempo y nunca cumpla los seis años. Y no porque no quieran que se vaya haciendo un mozalbete, sino porque se queda sin Atención Temprana, así lo dice el sistema.

He pedido y llevado en sus programas electorales tres partidos políticos, la Segunda Infancia -de 6 a 12 años- y la Adolescencia -de 12 a 18-.

Sé que se está trabajando en la Ley de Atención Temprana. Hace mucha falta y puede ser de las avanzadas de Europa, pero de eso hablaré otro día.

¿Qué pasa al cumplir los 6 años? Pues que salen del sistema de Atención Temprana y no entran en el programa de Segunda Infancia. Sé que el actual gobierno se ha encontrado de todo –y casi nada bueno– en lo cajones, pero son decenas de niños los que cada día cumplen seis años en Andalucía, decenas, y otros tantos los que se detectan, diagnostican, hay sospechas o suenas las alarmas. Y hay listas de espera y no debería haberlas.

No voy a entrar en si los CAIT a 22 €, pueden crear, o no, empleo para aligerarlas, pues tampoco sé si tienen sesiones suficientes. Salvo muy pocas y honrosas excepciones de tres entidades que sí atienden a todos los que le llegan, aunque sea a costa de su cuenta de resultados, en el resto hay listas de espera.

El concepto espera es incompatible con el de Atención Temprana, solo es compatible con “pronto, rápido, ágil, raudo, presto o veloz”, todo lo que no sea eso, sencillamente, NO SIRVE.

Hace unos días, la Viceconsejera de Salud solucionó problemas bucodentales de menores con trastornos en su desarrollo. Lo hizo de una manera impecable y ágil. Fue inminente.

He vivido momentos muy tensos y duros en la anterior legislatura con la Atención Temprana. Los viví junto a Antonio Maillo, Inma Nieto de Izquierda Unida, Esperanza Gómez, de Podemos, Ana Vanessa García, Alicia Martínez, Lina García, Patricia del Pozo del Partido Popular y JuanMa Moreno.

El anterior gobierno no quería saber nada del asunto. Les decía que cómo podían permitir que esos niños, al cumplir los seis años pasasen a ser una hipoteca vitalicia para sus padres, pero lo peor, lo más duro, es que muchas, muchísimas familias, no pueden pagar esa cuota mensual y muchos niños se quedan en la cuneta, desprotegidos, maltirando con las becas del Ministerio, ayuda de abuelos y familias, pero esa ayuda, casi siempre es limitada en el tiempo, cuando no causa vergüenza volverla a pedir.

Presidente, yo venía hoy cansado –ya tengo 64 años– preparando un viaje para reunirme con 9 alcaldes, más sus concejales, más el Gerente de la Mancomunidad de Municipios, entrevistas de trabajo con profesionales de la zona, para que la economía que se genere quede allí; al día siguiente con distintas Delegaciones y con la Diputación. Todo eso para ayudar a familias de personas con Diversidad Funcional y/o Discapacidad que están muy solas, desinformadas y con poca formación en discapacidad o en cómo convivir con una persona de esas características y me encuentro con esta carta de Luis Manuel. Sí, la han escrito los padres, pero mirando a los ojos del niño. Si el niño pudiese hablar o escribir, no quitaría ni una sola palabra.

Por eso, Presidente, vuelvo a pedir que se sigan atendiendo a los niños que vayan cumpliendo los 6 años y se incorporen aquellos que desde que está el actual gobierno lo hayan hecho.

Un porcentaje, muy, muy pequeño de la podredumbre que se han encontrado en los cajones sería suficiente, y sobraría, para hacerlo.

Se que la situación económica que os habéis encontrado es “complicada” tenéis la obligación de auditar esas “complicaciones” y donde haya duda razonable que intervenga la justicia. Son fondos públicos y por lo tanto “sagrados“, es el dinero de todos y cada uno de los andaluces y, al menos en mi caso, exijo saber si se ha malversado, derrochado, dilapidado, gastado superfluamente, si ha habido comisiones, sobreprecios o sobrecostos. No soy vidente, pero estoy seguro de que lo ha habido. Como lo estoy que con un porcentaje -muy pequeño- de esos dineros malversados, derrochados, dilapidados, gastados superfluamente; con ese pequeño porcentaje habría dinero suficiente para seguir atendiendo a estos niños y que las promesas electorales de seguir atendiendo más allá de los 6 años, la mayor dotación presupuestaria y la “segunda infancia” y “adolescencia“, vayan pasando de promesas pendientes a promesas cumplidas.

Y Presidente, usted, lo prometió. Ha hecho muchas cosas buenas en poco tiempo, pero aquí tiene una asignatura pendiente. Le pido que la apruebe. Se lo pido en nombre de todos y cada uno de los niños que han cumplido seis años desde que usted es Presidente y de todos los que están en listas de espera.



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