Ayer fue un día especialmente triste.

La localización de la pequeña Olivia, de 6 años, y la más que probable sospecha de que su hermana pequeña, Anna, de solo 1 año de edad, ha tenido el mismo y trágico fin. A 1.000 metros de profundidad, en el fondo del mar, con la intención de que sus cuerpos nunca fuesen encontrados y la angustia de su madre fuese eterna, mientras viviese.

No me parece que deba entrar en lenguajes poéticos de que ya hay dos pequeñas sirenas más, como se ha dicho. No me parece respetuoso hacia ellas ni hacia la madre.

No hay sirenas en el mar.

La triste y cruda realidad es que su padre; con la única intención de infligir el mayor dolor posible a su madre; las ha asesinado. En un acto calculado, pensado, con toda la maldad posible.

¿El motivo de tal acto?, al que no encuentro calificativo. Que su madre se había separado de él. Y eso es imperdonable. Y no la mató a ella -por esa separación-, no. La mató en vida -asesinando a sus dos hijas-. Jamás se podrá recuperar de esa pérdida.

Las llevó en sus entrañas, las amamantó, acarició, peinó, cantó alguna nana y les contó algún cuento.

Entre una madre y sus hijos se abren sus almas y se entrecruzan y no sabes distinguir qué parte es de ella y qué partes es de ellos. Por eso, su madre, jamás se podrá recuperar de esa pérdida.

Por otra parte, en la localidad de Estepa se encuentra el cuerpo descuartizado de Rocío, una joven madre de 17 años.

El asesino, el que fuera su pareja y padre de su hijo/a.

¿El motivo de tal acto?, al que no encuentro calificativo. Que la joven Rocío se había separado de él y había comenzado una nueva vida.

Por si esto fuese poco, que es terrible; también nos enteramos de la muerte -por suicidio- de una joven en Barcelona que se arrojó desde un octavo piso. Una joven derrotada, día a día, por sus propios compañeros y compañeras de colegio.

El colegio niega todo, que no había denuncias previas, que no sabe nada de la carta recibida, … Pero años antes, ocurrió lo mismo en el mismo colegio.

El acoso escolar es otra forma de matar en vida. No todos llegan al suicidio, pero sí muchos, muchísimos. Pero las ganas de vivir, la alegría de infancia o juventud, las mariposas en la barriga o el estar feliz por un nuevo amanecer te lo arrebatan día a día, insulto a insulto, burla a burla, empujón a empujón.

¿El motivo? Ser diferente, o, simplemente, te ha tocado. Si tienes un poco de sobrepeso, estás gordito o gordita, usas gafas, eres bajito o bajita, o muy linda con ojos azules, alguna discapacidad. Cualquier excusa es válida para ellos y ellas. Sus propios compañeros y compañeras.

Entre los 15 y 25 años la primera causa de muerte es el suicidio, por delante de accidentes de tráfico.

No sale en los telediarios para es una cruda realidad. Nadie crea que es solo por acoso, ni mucho menos. El acoso es una causa más. Otros son por problemas laborales, económicos, adicciones, sentimentales, enfermedades, soledades, salud mental. La lista es muy larga pero la realidad una: entre los 15 y 25 años la primera causa de muerte es el suicidio.

Algo o mucho estamos haciendo mal, estamos fracasando como sociedad y como personas. Pero cuando la culpa es compartida, la responsabilidad no es de nadie.

Esa violencia machista no se puede justificar con personalidades narcisistas, ser posesivos, no aceptar el no y no sé cuantas cosas más he escuchado. Ahora se lanzan a la calle todos los partidos. A ver quien tiene la pancarta más grande.

Pero, mañana seguirán los abusos y violencias machistas, el acoso en los colegios y el suicidio, la principal causa de muerte.

Tenemos a nuestro alcance un arma poderosa: la educación.

Pero solos la escuela, instituto o universidad, no pueden. Tenemos que ser todos, implicarnos, educar desde la cuna -en la equidad y en la igualdad- y ayudar, con el ejemplo.

La palabra convence, el ejemplo arrastra.

Por nuestra parte, por parte de esta Fundación AK Antonio Guerrero, llevamos bastante tiempo trabajando para ayudar a que, entre todos, hagamos una sociedad igualitaria, donde ser mujer u hombre no importe, equitativa, donde ser normotípico o tener algún trastorno en su desarrollo o diversidad funcional, no importe.

Por eso hemos suscrito con casi todas las Universidades andaluzas un convenio para acciones de Formación, Divulgación y Sensibilización.

Ponemos como ejemplo él último, con la Universidad Pablo de Olavide, la semana próxima iremos a la Universidad de Málaga y quedan muy pocas para completar el mapa de Universidades públicas y también tenemos con alguna privadas, como la Universidad de Loyola.

También con la otra pata de la Educación, la Consejería. Con la que vamos suscribir otro gran acuerdo para favorecer la respuesta educativa de los alumnos NEAE en centros educativos públicos y privados concertados de Andalucía.

Solo faltas tú, la familia, para que estos convenios, acuerdos y documentos para ayudar a mejorar la educación -en todas sus acepciones- sea posible, les dé contenido y caminemos hacia una sociedad de la que algún día -sé que muy lejano- podamos sentirnos orgullosos de pertenecer a ella.

CON CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN
CON UNIVERSIDADES, PÚBLICAS Y PRIVADAS

El Patronato de la Fundación AK Antonio Guerrero. 670 86 36 86